jueves, 10 de julio de 2014

INJERTOS

Cada año injerto árboles, me gusta transformar árboles silvestres en árboles frutales, árboles de un fruto en árboles de otro fruto diferente.
Mi árbol favorito para injertar es el almendro amargo. Las almendras amargas casi siempre arraigan y me resultan fáciles de obtener. Hay que plantarlas en otoño para que pasen todo el invierno enterradas. Las raíces del almendro amargo aguantan mejor las inclemencias del tiempo y del terreno, y propocionan una buena base para nuestro futuro almendro dulce, melocotonero, albaricoquero, ciruelo ...
En primavera surgen los brotes de almendro amargo, hay que dejarlos que crezcan durante un año para poder injertarlos. Rapidamente se desarrolla un arbolito  y en la primavera siguiente se puede injertar.

Aquí he injertado sobre un almendro amargo un almendro dulce. El tipo de injerto se llama "canutillo" y debe realizarse a finales de primavera, cuando la corteza de los brotes de almendro empieza a estar dura.


  
Otro injerto de almendro dulce sobre almendro amargo, se obserban como nacen las hojas nuevas en el canutillo que ha agarrado, los canutillos de abajo han fallado pero con uno que agarre es suficiente.




En el huerto siempre me surgen melocotoneros, la razón es que los huesos de melocotón permanecen en el compost y al aplicar este en el huerto facilmente surgen los melocotoneros. Cuando me nace un melocotonero lo que suelo hacer es arrancarlo con tierra y trasladarlo a otro lugar en que no moleste. El resultado es que dispongo de varios melocotoneros para que me produzcan melocotones o para provar injertos.

El siguiente injerto es de un ciruelo sobre un melocotonero, tenia mis dudas sobre su compatibilidad pero me agarraron todos los injertos. El injerto es de estaca, hago una hendidura en la rama del melocotonero e injerto una cuña de ciruelo. Esta operación la realizo a finales de invierno.




A continuación se ha injertado un albaricoquero sobre un melocotonero y el resultado ha sido muy satisfactorio.



viernes, 4 de julio de 2014

EL PINO PIÑONERO





EL PINO PIÑONERO.


Fácil de plantar, de rápido crecimiento y escaso cuidado. El pino piñonero es un árbol que puede ocupar un espacio vacío que no utilicemos.


PINO PIÑONERO



Los pinos nacen a partir de un piñón, las piñas de los pinos contienen los piñones, estas se abren con el calor y sueltan los piñones.


PIÑA CON PIÑONES


El piñón es un fruto rico para comer y con un alto precio en el mercado.



La época para recoger las piñas formadas nuevas es a partir de Noviembre, si no se recogen las piñas en otoño estas se abrirán en el verano del año siguiente soltando los piñones en el suelo.

No todos los piñones pueden germinar, algunos no están desarrollados o son viejos (de varios años).

Un truco para comprobar que los piñones están sanos es acercárselos a la oreja y hacerlos sonar.

Para germinar los piñones los planto en envases antes de situarlos en su lugar definitivo, para ello son buenos los tetrabricks. Corto los tetrabricks por la parte de arriba y los agujereo con un punzón por la parte de abajo (6 agujeros). Los lleno de tierra y planto un piñón por cada tetrabrick, también se pueden plantar dos piñones espaciados y descartar uno si nacen los dos.

 

 La operación de plantar la efectúo a finales de otoño, riego los envases y los sitúo a la intemperie durante todo el invierno.

En primavera se observan los resultados. El piñón se abre y una pequeña escoba de púas verdes se hace sitio en la tierra. Deben regarse y aunque no son muy exigentes en agua si que lo son en sol.

Semilla de piñonero germinando



 

Cuando el pinito tiene cuatro o cinco dedos de altura ya los transplanto a su lugar definitivo, recorto el tetrabrick y sitúo el bloque de tierra con el pinito y sus raíces en su nueva ubicación. Las raíces del pequeño pino son varias, blancas, largas y frágiles. Fácilmente se pueden romper varías raíces durante el transplante pero ello no me ha supuesto ningún problema para el crecimiento del pino.



 







EL ACEBUCHE


Hace tiempo que estoy fascinado por los olivos. Esos árboles milenarios que conservan la hoja durante todo el año, admirables en belleza y productividad.


Olivo cultivado

Por desgracia en mi tierra, muy dada a heladas invernales y heladas tardías primaverales, me ha resultado muy difícil que arraiguen en un trozo de tierra.

Los olivos que he plantado los compro en macetas, criados en ambientes cálidos, enraizados a partir de estacas. Las estacas son ramas enterradas a 30cm y bañadas en hormonas de enraizamiento, por lo tanto las raíces son escasas y débiles. El resultado no ha sido satisfactorio por el escaso éxito. Lejos quedan aquellos campos andaluces jaeneses donde fácilmente enraízan los olivos.





Buscando información encontré que se pueden criar olivos a partir del hueso de las aceitunas. El resultado es un olivo salvaje llamado acebuche que con el tiempo después de ser injertado se convierte en olivo.

Cansado de comprar macetas he decidido crear mis propios olivos a partir del hueso.

Deseo que los acebuches al nacer de semilla tengan las raíces fuertes y vivas. Y al ser un árbol silvestre aguante mejor la dureza del clima de mi tierra.

El resultado de nacimiento ha sido satisfactorio, aunque no todas las semillas han germinado y han enraizado.


El primer paso ha sido obtener las semillas de acebuche. Estamos en otoño y estas las he obtenido de los huesos de las olivas maduras que yo mismo he seleccionado y recolectado directamente del árbol. No son validas las olivas verdes o las olivas maceradas de pote.




Seguidamente he limpiado el hueso de la oliva de pulpa, dejando el hueso limpio y seco. Ahora se debe quebrar la cáscara del hueso para extraer la semilla interior. El hueso es muy duro en la naturaleza se deben crear unas condiciones muy favorables para que germinen los acebuches.
El mejor sistema para cascar el hueso ha sido con un tornillo, se pueden cascar con alicates o con un martillo pero si dañas la semilla interior perderá la fuerza germinadora.








He reservado unos recipientes transparentes de postres lácteos limpios para la germinación de mis acebuchinas.
En estos recipientes introduzco algodón y lo empapo en agua. Encima del algodón deposito las semillas y a esperar.
El recipiente lo he situado en una habitación bien iluminada y sin calefacción, estamos en invierno y la temperatura ambiente es de unos 10ºC. Vigilo de mantener el algodón siempre húmedo





Al cabo de 30 días las acebuchinas empiezan su germinación, la pequeña protuberancia será la futura raíz.





Las semillas germinadas las deposito en pequeñas macetas con tierra húmeda, enterrando solo la pequeña raíz. Estas macetas las mantengo en una habitación iluminada a unos 10ºC y procuro con un difusor mantener la tierra húmeda.
Pasados 30 días las semillas han enraizado, la raíz se ha clavado en la tierra y el interior de la semilla se transformará en dos hojas verdes. Las hojas de la acebuchina no salen del interior sino que están en el interior. Si no hay riesgo de heladas se pueden dejar en el exterior para que reciban los rayos del sol.






El resultado son estas bonitas acebuchinas, para que crezcan más las transplantaré a macetas más grandes. Y cuando estén mas desarrolladas el año que viene se intentarán plantar a la intemperie.










Es muy gratificante ver como se desarrolla una semilla con tus cuidados ante tus ojos.